sábado, enero 06, 2007

¿Peligra el Bluetooth de los teléfonos móviles?

Esta semana se ha conocido la demanda presentada por una fundación universitaria del estado americano de Washington contra Nokia, Samsung y Panasonic por una supuesta infracción de varias patentes sobre la tecnología Bluetooth en los terminales móviles de dichas marcas. ¿Cuáles son los motivos de esta acción legal? Y, sobre todo ¿qué consecuencias tendrá?

Desde el miércoles 3, la comidilla de las publicaciones tecnológicas es la demanda presentada por la Washington Research Foundation (WRF) contra tres de los mayores fabricantes mundiales de teléfonos móviles. Según la demanda, presentada el pasado 21 de diciembre, los terminales de Nokia, Samsung y Matsushita provistos de tecnología inalámbrica Bluetooth vulneran cuatro patentes de las que es titular la universidad de Washington, como resultado del trabajo de Ed Suominen, estudiante del centro hasta el año 1995.

La entidad demandante reclama al tribunal que suspenda la venta en EE.UU. de cualquier producto que utilice la tecnología patentada, así como el pago del importe, en concepto de daños y perjuicios, que determine el jurado del caso. La WRF es un gabinete jurídico que gestiona los derechos de propiedad intelectual de varias universidades de la zona.

La demanda ha causado sorpresa en el sector, ya que la licencia de uso de la tecnología Bluetooth está, supuestamente, exenta del pago de royalties. De hecho, el Bluetooth Special Interest Group, el consorcio de más de 7.000 empresas que promueve y administra los derechos de uso de la marca Bluetooth, se ha desvinculado de la demanda presentada por la WRF. La sede del Bluetooth SIG se encuentra en Bellevue, en el mismo estado de Washington.

Un aspecto interesante es que una de las tres firmas demandadas, Nokia, es al mismo tiempo una de las impulsoras originales de Bluetooth en 1994, junto a Agere, Ericsson, Intel, IBM (sustituida recientemente por su sucesora Lenovo), Microsoft, Motorola y Toshiba.

Según el diario local Seattle Times, aunque la demanda haya sido presentada contra Nokia, Samsung y Matsushita/Panasonic, en realidad el objetivo es la firma británica CSR, radicada en Cambridge, que es quien produce los chips Bluetooth que utilizan dichas marcas en sus teléfonos. En teoría, CSR no puede saber en qué país se acabarán comercializando los móviles que incluyen sus chips, pero sí lo saben los fabricantes de terminales. La clave del asunto es que CSR nunca ha abonado royalties a la fundación universitaria, mientras que sí lo ha hecho Broadcom, su principal competidora en la fabricación de chips Bluetooth.

A qué viene la demanda
No resulta difícil deducir que es precisamente Broadcom la principal beneficiaria de la demanda, pues la posibilidad de que un tribunal impida la venta de sus móviles en EE.UU. mientras se resuelve el proceso legal puede hacer que más de un fabricante de terminales considere la posibilidad de cambiar de proveedor de chips.

El mercado de la tecnología Bluetooth está en auge: hace pocos meses, la cifra de dispositivos equipados con Bluetooth alcanzó los 1.000 millones de unidades vendidas desde 1994, y se espera que para 2010 se llegue a los 2.000 millones. Actualmente se venden 12 millones de equipos por semana. Sin ir más lejos, el 60% de los teléfonos que vende Nokia ya disponen de Bluetooth, y esta función se incluye en el 70% de los modelos de su catálogo. Con estas magnitudes, por pequeño que sea (hay que tener en cuenta que actualmente, el coste total de los componentes de un auricular Bluetooth no alcanza los 10 euros), el importe de los royalties ya constituye un volumen más que sustancioso.

La evolución del proceso legal está por ver. Los tres fabricantes demandados han declinado hacer comentarios, mientras que CSR afirma que la demanda carece de base legal. Es de esperar que el litigio se prolongue mientras los abogados tratan de demostrar que CSR estaba, o no, trabajando ya en las mismas líneas de desarrollo que Ed Suominen antes de que se le concedieran las patentes.

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