sábado, mayo 27, 2006

Palm Treo 700P: ¿merece la pena esperar?

La industria de la electrónica funciona como un juego de pídola muy caro. Nos compramos algo en abril, y en mayo ya sale una versión nueva, más rápida y económica. Qué malos son...


Por otra parte, tal vez tengamos suerte si no compramos nada hasta que salga la versión mejorada. Imagínese sentado en el tren, el avión o el estadio, contemplando con conmiseración a los pobres pringados que compraron el teléfono, reproductor musical o cámara del mes pasado.


Si estaba usted pensando en un teléfono avanzado (un móvil multifuncional, con teclas como Smints para escribir mensajes de correo-e), sepa que la competencia se va animando. La semana pasada, Palm desveló el modelo más reciente de su popular teléfono Treo, el 700P, sólo cuatro meses después del anterior.


Los Treo ocupan un lugar preferente en el corazón de los más técnicos. Se trata de teléfonos atractivos, muy cómodos de manejar, que muestran las fotos en una pantalla táctil, amplia y brillante, gestionan el correo-e y navegan por la web tan bien como se puede esperar de un teléfono móvil... y además son organizadores Palm, que sincronizan perfectamente la agenda, el listín de direcciones y los documentos de Microsoft Office con el Mac o el PC.


Los cacharritos ‘todo en uno’ pocas veces hacen las cosas tan bien como un aparato dedicado (pensemos en los equipos multifunción escáner-impresora-fax, o en las cámaras que sirven para escuchar música). Pero el Treo siempre fue de los que más se acercaban.


De algún modo, Palm ha logrado meter en el Treo lo siguiente: un teclado como el de los BlackBerry (y ya puestos, iluminado); un interruptor físico que silencia todos los sonidos (y que se puede accionar sin tener que sacar el teléfono del bolsillo); una cámara digital; un pulsador para dictar notas de voz y que también sirve para grabar conversaciones telefónicas (perfecto para cuando alguien nos canta apresuradamente la ruta para llegar a alguna parte); una ranura para una tarjeta de memoria SD (donde guardar más música, fotos y vídeos); una batería extraíble (cuatro horas y media de conversación; 300 horas en reposo); y un mando selector de cinco posiciones que permite accionar la mayoría de las funciones con una sola mano.


De algún modo, todo lo anterior funciona conjuntamente sin las complicaciones que serían de esperar.


En enero pasado, Palm lanzó un modelo denominado Treo 700W, que desde entonces hemos denominado la bendita/maldita actualización. Este modelo era todavía más fino (58 x 112 x 23 mm), más rápido (312 MHz) y más capaz (60 MB de memoria disponible). Pero sobre todo, vino a animar las vidas de los viajeros de negocios, gracias a su capacidad para conectarse a las redes móviles de alta velocidad de las operadoras Versión y Sprint (en los EE.UU.; antes de fin de año se espera que llegue a las redes UMTS europeas). Pagando lo necesario, uno podía hacer sus deberes en Internet a una velocidad parecida a la de un módem de cable.


El 700W también aportó una cámara mejor, de más resolución (1,3 megapíxels), botones específicos para descolgar y colgar, y unas teclas de forma todavía más refinada y más fáciles de accionar con pulgares gruesos.


La maldición consiste en que, en lugar del eficiente y refinado sistema operativo Palm, el modelo en cuestión utilizaba una versión móvil de Windows.


Meter Windows en un Treo fue una acción calculada para atraer a los compradores empresariales, cuyo lema reza nunca han despedido a nadie por comprar Microsoft.


Pero desde el punto de vista de la elegancia, fue una decisión extraña. En el 700W, los defectos y los errores de diseño eran muy visibles. Empezando por el botón Aceptar que en realidad significaba Cancelar, y siguiendo por un menú Inicio en el que sólo caben siete programas. La agenda sólo admite citas que comiencen a las hora en punto y a la media; los botones de Agenda y Contactos han sido sustituidos por mandatos de menú (que requieren un mayor número de clics); y los botones de silenciador y manos libres, que antes estaban en la pantalla, ahora se encuentran ocultos en menús desplegable.s


Naturalmente, lo que deseaban los sibaritas del buen diseño era un teléfono con el hardware modernizado del 700W, pero con un sistema operativo más lógico: el de Palm.


Ha merecido la pena esperar: el 700P es como el Treo Windows, pero sin Windows, y responde a prácticamente todas las expectativas.


Es decir, posee todas las ventajas de hardware del Treo Windows (Internet de alta velocidad, mejor teclado, botones de llamar y colgar, cámara de más resolución, mejores especificaciones), pero conservando el sistema operativo Palm, más eficiente.


El botón Home, el de la casita, ha vuelto al lugar que le corresponde: pulsándolo una sola vez se obtiene una lista completa de todo los programas que contiene el aparato (y no olvidemos la visra opcional de lista, ausente en la versión Windows, que permite ver 22 programas a la vez sin tener que desplazarse por la pantalla).


También está el navegador Blazer de Palm, que muestra las páginas web en la pantalla mucho más rápidamente que el Internet Explorer del 700W; quienes hayan contratado el servicio de Internet de alta velocidad, disfrutarán de radio, música y videoclips en tiempo real.


Y también ha vuelto la brillante pantalla táctil de 320x320 píxels de los Treo, en lugar de los 240x240 de la versión con Windows.


De hecho, el 700P supera al 700W en algunos aspectos, aportando algunos detalles exclusivos.


Por ejemplo, los programas de pase de diapositivas, visionado de películas y audición de música comparten un mismo aspecto. Tampoco es que nadie vaya a elegir un teléfono por el programa de pase de diapositivas, pero ahora se puede agregar un comentario hablado a cada diapositiva, si así se desea.


La copia en miniatura de Microsoft Office para Palm, denominada Documents to Go, viene ahora grabada en los circuitos del Treo, de modo que ya no consume ninguno de los 60 MB de memoria disponible para el usuario. Se pueden abrir documentos de Word, Excel, PowerPoint y PDF, incluso si se han recibido como adjuntos por correo-e.


Tanto o más importante es que el 700P y las primeras operadoras (Sprint y Verizon) hayan adoptado el milagro denominado acceso telefónico a redes. Me refiero a esa función, tan molesta para muchas operadoras, que permite conectar el ordenador portátil a la red a través de la conexión de alta velocidad del teléfono.


El portátil se puede conectar al Treo mediante un cable (sólo en Windows) o sin él, utilizando una conexión Bluetooth (tanto en Mac como en Windows). En este caso, el teléfono se queda en el bolsillo, prestando de manera invisible los servicios de correo-e, chat y navegación web.


Algunos comentaristas han achacado a la familia Treo 700 la ausencia de conexión WiFi a redes inalámbricas. El 700P ni siquiera admite la tarjeta WiFi de la propia Palm (100 €). Pero en realidad, si uno se puede conectar a través de la red celular de alta velocidad en cientos de ciudades, ¿para qué limitarse a unos cuantos puntos de acceso aislados?


El 700P es tan práctico, elegante y cómodo de usar que probablemente mucha gente dudará entre adquirir un Treo o un BlackBerry.


Ambos dispositivos sirven para el correo-e, tanto personal como empresarial. (El nuevo Treo viene preconfigurado para AOL, Gmail, Earthlink, Apple .Mac, Hotmail, Yahoo, Exchange ActiveSync y muchos otros servicios de correo-e. El Treo de Verizon ofrece hasta la sincronización push en tiempo real del correo-e y la agenda con el PC Windows doméstico, siempre que lo hayamos dejado en marcha: una función muy práctica, al estilo de la que ofrece BlackBerry. Pero en cambio, el BlackBerry no admite películas ni fotos, su pantalla no es táctil y no tiene la biblioteca de 10.000 programas de terceros, desde calculadores de propinas hasta planos de metro, que sí tiene el Treo. (Y eso es precisamente lo que les encanta a los responsables técnicos de las empresas: un sistema cerrado, más fácil de mantener).


Si se decide por el Treo 700P, comience descargando algún programa de calculadora científica; lo necesitará para contar cuánto le costarán tantas maravillas.


La versión de Sprint cuesta 550 ó 400 dólares, según se firme un contrato de uno o dos años. El servicio EV-DO de alta velocidad cuesta a partir de 15 dólares al mes, incluido un canal de TV y un canal de radio por satélite Sirius. Y eso, sin contar el contrato de voz. Tampoco está incluido el uso del Treo para conectar el portátil a la red, que cuesta otros 40 dólares al mes.


La versión Verizon del 700P cuesta 400 dólares tras los descuentos, si se compra con un paquete de servicios como el de 110 dólares al mes por 1.350 minutos de llamadas e Internet de alta velocidad ilimitada. En este caso también hay suplemento por el acceso telefónico del portátil a la red: son otros 15 dólares mensuales.


(Y no olvide reservar 140 dólares para la base de sobremesa inMotion con altavoces estéreo. Colocando el Treo en ella se puede escuchar la colección de música mientras se recarga la batería, y si se recibe alguna llamada, la audición se interrumpe y el aparato se transforma en un excelente manos libres. No está nada mal).


Así pues ¿dónde está el lado negativo del nuevo Treo? Naturalmente, en su elevado precio. Y en que funciona con las redes de Sprint y Verizon, pero no fuera de los EE.UU. (Si nos guiamos por la historia, más avanzado el año aparecerá un Treo 700P diseñado para Cingular y T-Mobile, que utilizan redes GSM como las europeas).


Por lo demás, el nuevo Treo en sí es estupendo: un comunicador con una potencia y unas posibilidades inmensas, cuyo software es una ayuda en lugar de un estorbo. Si ha esperado usted hasta ahora sin un teléfono avanzado, le felicito: ha jugado usted con gran astucia este juego de la pídola tecnológica.


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